Durante un mes y medio estaré posteando las historias que escriba dentro de mi grupo de escritura Escribe Conmigo. El desafio consiste en intercambiar escritos de lunes a viernes con un compañero que cambia cada semana. Este compañero te dará un devolución sobre el escrito, y tú a él. Los organizadores te proveen de un disparador que puedes usarlo o no. El del día de hoy fue: Cunnilingus.
«Si, Martita. Te lo juro. Yo vengo de la época en dónde la lengua y el clitoris se sentían, se besaban, se compenetraban, incluso, en el peor de los casos, donde unxs maleantes lo socavaban y maltrataban. Pero el punto es que tenían la oportunidad de estar juntos. «
Decía Virginia a su amiga diez años menor. Marta, evidentemente, no le creía. Desde que crecio siempre le había parecido que le dieran sexo oral era la cosa más desagradable del mundo. Le dolía, incluso lo describió como «pequeños piquetes en mi clitoris. Como si con cada práctica le agregaran alfileres, es insostenible.»
Virginia cada vez que hablaba del tema lo hacía con nostalgia «Esos eran otros tiempos, y de los buenos.» Como siempre había tenido un alma jovial la mayoría de sus amigas era muuucho más jóvenes que ella. Todas incredulas la veían…no entendían cómo era ese momento anterior.
«Chicas» terminaba la conversación Virginia «No toda la vida teníamos esto. Antes nuestros labios eran libres. Sólo unos pocos asaticos los usaban porque ¡Obvio! Asia todo es distinto, y si me permites decirlo raro.
Ahora esta mierda que nos ponemps es una pieza que convinamos, que recreamos, y a veces alabamos. Y la vida se volvió este tedio infernal. Las vaginas odian los tapabocas».
En mis propias palabras 