Escribe Conmigo – Amordazar

Durante un mes y medio estaré posteando las historias que escriba dentro de mi grupo de escritura Escribe Conmigo. El desafio consiste en intercambiar escritos de lunes a viernes con un compañero que cambia cada semana. Este compañero te dará un devolución sobre el escrito, y tú a él. Los organizadores te proveen de un disparador que puedes usarlo o no. El del día de hoy fue: Amordazar.


Oí el sonido que indicaba que había llegado un mensaje en un grupo de WhatsApp, y como todos hacemos lo ignoré. Continué viendo una de esas series malas que veo en estos días: adolescentes matando(se?) y siendo complicados.
Cuando terminé, me metí en la ducha y por primera vez en 15 días me lavé el cabello. Primero no salía espuma, pero luego sentí mi cuero cabelludo lleno de esos componentes con olor rico, pero antinaturales.
Al salir del baño, con la toalla enrollada, vi que la luz del celular titilaba. Lo tomé, y vi que era del grupo de la familia. Habían 223 mensajes (¡Ay mamita!). Abrí la conversación con mucho entusiasmo, sabía que algo había pasado, pero nada pesado. Por ejemplo, una muerte de alguien importante en la familia no fue porque o sino me hubiesen llamado, ni siquiera la muerte de un actor secundario entre nosotros porque eso hubiese ameritado un poco más de mensajes y, por supuesto, las mil etiquetas de  las tías intensas. Entonces, me decidí por dos alternativas o es un chisme: una prima que no está en el grupo «quedó embarazada», por ejemplo, o de política, por el cual me incliné mas.
La  causa de tanto alboroto me sorprendió.
El primer mensaje fue de Mechu Rondón, que es mi hermano, y era un link al instagram de alguien con una descripción que decía «miren está vaina» . No suelo  abrir links en grupos, esta vez no sería la excepción, así que continué leyendo. Mi tío Tío Chucho Movistar  comentó «Esos coño e’ madres corruptos»,  su esposa Lela Mezqueña nuevo colocó «que raro, siempre esos», continúa mi Tía Linda del Trigal «nojoda, enchufaos de mierdaaaaaa». Y así, hasta un mensaje de mi Prima Maru España que dice «Esas no son las hijas de Coromoto?»  Después de 5 minutos, mi Tío Gus Rondón y su hija mi Prima  Veruz colocaron infinitas caritas de sorprendidos. Mi Tio Rafa mandó el link de una noticia que se titulaba «La CoronaParty: los detenidos por romper la ley», y la foto era  una serie de gente arrestada.
Luego de ver esta noticia decidí ir al link que mandó primero mi hermano. Efectivamente, eran las hijas de Coro, y la cuenta que propociaba «la noticia» era de, nada mas y nada menos, que de Paty Poleo: la reina del periodismo amarillista en Venezuela. Las fotos en si no son problematicas. Son 3 chicas con sus nombres y números de cédula al estilo policial, pero en la última se puede observar un chico, y una mesa. En la mesa se puede observar un arma de fuego, balas y algunas «pastillitas».
Este el momento del «ahhhh». El resto es pura documentación. Las hijas de los amigos de mi tío Rafa son prepago, y las agarraron en tiempos del coronavirus. Hasta ahora me elude el por qué es esto relevante (más allá de que es rolo de chisme) para una periodista.
Sigo bajando en la conversación y me encuentro con un montón de noticias: mi nuera Poli Mercado que nunca comenta nos informa que «el novio de la chama es el amiguito del procurador de la república». A lo que yo me quedo atónita y pienso -¿Cómo puede saber eso?-. Mi primita menor, Amanda Rondón 1, manda fotos que muestran las cuentas de los IG de Noris (que es la hija mayor de Coro): resulta que creó una cuenta con su nombre Noris Barros que no posee ninguna foto, pero que cambió el usuario de su vieja cuenta a @haruhilata222, y allí estaba sus viejas fotos.
Allí mi primo Juanpi R. empieza a insultarla «Esta coñita es una bruta el coño, en vez de quedarse con un viejo europeo, se viene con estos arrastraos». Comenta esto porque se supone que las chamas viven en el viejo continente. Mi Papá que no había participado hasta el momento mandó un vídeo relacionado al coronavirus o a cómo afecta a los ojos leer a oscuras. Mi Tía Clara dijo «Yo conozco a su mamá, ella les eseñó valores», a lo que su hija, Lore Villanueva Digitel, le contesta «mamá, tú sabes cómo es esa familia».
A todas estas, dieron las 12 de la noche y mi Tía Clara manda dos notas de voz. La primera habla de un amigo del amigo del amigo de Bambi, que es el novio de una de la chamas, diciendo que si, que son unos desgraciados. Y el segundo es felicitando a mi hermana por su cumpleaños.
Toda la familia se hace réplica de estos mensajes hasta que el novio de Amandita, que nos cae mejor que ella, Marquitos L, le pregunta a mi hermana qué va a hacer hoy. Responde mi hermano que de seguro se va para la coronaparty y ya hacemos chistes sexuales, políticos, hasta generacionales sobre el tema. Mi abuela, Ana de Rondón, se molestó con todos nosotros por ser tan chismosos y nos dijo «dejen quieto lo que está quieto».
Al final, nadie se enteró por qué pusieron la foto de esas chamas en las redes sociales. Pero mi prima Mora Alemania tenía su propia hipotesis «a mi me da que es puro patriarcado» escribió, y la conversación se fue para otro lugar: «le pusieron precio a la cabeza del presi» comentó Julito R. Provicional acompañada de un artículo de El Nacional.

Foto por Tortugavispada

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